La empresa moderna
La empresa moderna ha producido indudables beneficios
sociales. En general, ha proporcionado al público un abastecimiento oportuno y
adecuado y una distribución más efectiva de bienes y servicios. Ha llevado el
conocimiento de, nuevos y útiles productos capaces de satisfacer sus
necesidades generales. Además, el aumento en la productividad y la producción
en masa le han permitido la reducción de precios.
Sin embargo, es evidente que hoy no basta que la
empresa cumpla simplemente con sus finalidades económicas. La gente, en
general, espera de ella que tome parte también en otras áreas de la vida social
y aporte soluciones.
Por otra parte, la empresa, para sobrevivir y
desarrollarse plenamente, necesita hacerlo dentro de una economía de mercado.
Esta economía de mercado, decía el economista Wilhelm Röepke, "es un
sistema de relaciones contractuales, de millones de economías aisladas en
complicada interrelación, pero que gracias al mecanismo del mercado se conjugan
en un todo ordenado, en una combinación de libertad y orden que probablemente
constituye la máxima medida de lo que a la vez puede conseguirse de
ambos".
Y sostiene que una economía de mercado bien ordenada
precisa de un marco claro que plantea al Estado tareas importantes: un sistema
monetario sano y una política crediticia prudente; un orden jurídico que
excluya lo más posible los abusos de la libertad de mercado y que vele porque
el éxito sólo se consiga por la prestación genuina de un servicio, y por
último, una multitud de medidas e instituciones que aminoren al máximo las
numerosas imperfecciones de la economía de mercado, con énfasis en una cierta
rectificación de la distribución de la renta y en la seguridad y protección de
los débiles.
Una de las cuestiones de carácter social muy
importante y polémico a la vez, es el pago de impuestos que debe hacer la
empresa al Estado. Los impuestos existen no solamente para el sostenimiento de
la administración gubernamental, los servicios públicos, la seguridad social y
la realización de obras de infraestructura, sino que son uno de los pocos
medios disponibles para la redistribución del ingreso.
Por eso, cada una de las decisiones que la empresa
toma hoy (instalar una planta, lanzar un nuevo producto, despedir personal,
competir agresivamente, modernizar sus operaciones, importar o exportar) afecta
a una multitud de personas que no tienen voz en el mercado clásico, pero que
crecientemente crean nuevas condiciones de mercado, a través de presión social,
admoniciones morales o disposiciones legislativas.
De ahí que la empresa es la institución clave de la
vida económica, manifestación de la creatividad y libertad de las personas.
Esencialmente, es un grupo humano al que unos hombres le aportan capital,
otros, trabajo y, otros más, dirección, con las finalidades consiguientes:
Finalidades económicas y sociales
- Finalidad económica externa, que es la
producción de bienes o servicios para satisfacer necesidades de la
sociedad.
- Finalidad económica interna, que es la
obtención de un valor agregado para remunerar a los integrantes de la
empresa. A unos en forma de utilidades o dividendos y a otros en forma de
sueldos, salarios y prestaciones. Esta finalidad incluye la de abrir
oportunidades de inversión para inversionistas y de empleo para
trabajadores. Se ha discutido mucho si una de estas dos finalidades está
por encima de la otra. Ambas son fundamentales, están estrechamente
vinculadas y se debe tratar de alcanzarlas simultáneamente. La empresa
está para servir a los hombres de afuera (la sociedad) y a los hombres de
adentro (sus integrantes).
- Finalidad social externa, que es contribuir
al pleno desarrollo de la sociedad, tratando que en su desempeño económico
no solamente no se vulneren los valores sociales y personales
fundamentales, sino que en lo posible se promuevan.
- Finalidad social interna, que es
contribuir, en el seno de la empresa, al pleno desarrollo de sus
integrantes, tratando de no vulnerar valores humanos fundamentales, sino
también promoviéndolos.
La empresa, además de ser una célula económica, es una
célula social. Está formada por personas y para personas. Está insertada en la
sociedad a la que sirve y no puede permanecer ajena a ella. La sociedad le
proporciona la paz y el orden garantizados por la ley y el poder público; la
fuerza de trabajo y el mercado de consumidores; la educación de sus obreros,
técnicos y directivos; los medios de comunicación y la llamada infraestructura
económica. La empresa recibe mucho de la sociedad y existe entre ambas una
interdependencia inevitable. Por eso no puede decirse que las finalidades
económicas de la empresa estén por encima de sus finalidades sociales. Ambas
están también indisolublemente ligadas entre sí y se debe tratar de alcanzar
unas, sin detrimento o aplazamiento de las otras.
Esto es lo que conocemos como responsabilidad social
empresarial, el rol que la empresa tiene para con la sociedad que va más allá
de la mera producción y comercialización de bienes y servicios, sino que
también implica el asumir compromisos con los grupos de interés para solucionar
problemas de la sociedad. En el Portal de RSC de Chile podemos encontrar una
enumeración de los beneficios concretos y tangibles que significa para la
empresa:
- Un incremento de la productividad, ya que
el trabajador está a gusto en la empresa y se le capacita para que lo haga
cada vez mejor;
- Mejoramiento de las relaciones con los
trabajadores, el gobierno y con las comunidades a nivel regional y
nacional;
- Un mejor manejo en situaciones de riesgo o
de crisis, ya que se cuenta con el apoyo social necesario;
- Sustentabilidad en el tiempo para la
empresa y para la sociedad, dado que RS fortalece el compromiso de los
trabajadores, mejora su imagen corporativa y la reputación de la empresa,
entre otros.
- Imagen corporativa y reputación:
frecuentemente los consumidores son llevados hacia marcas y compañías
consideradas por tener una buena reputación en áreas relacionadas con la
responsabilidad social empresarial. También importa en su reputación entre
la comunidad empresarial, incrementando así la habilidad de la empresa
para atraer capital y asociados, y también con los empleados dentro de la
empresa.
- Rentabilidad de sus negocios o perfomance
financiera: se refiere a la relación entre prácticas de negocio
socialmente responsables y la actuación financiera positiva. Se ha
demostrado que las empresas fieles a sus códigos de ética resultan de una
perfomance de dos a tres veces superior respecto a aquellas que no los
consideran, de esta forma las compañías con prácticas socialmente
responsables obtienen tasas de retorno a sus inversiones muy superiores a
las expectativas.
- Reducción de Costos Operativos: Son
múltiples las iniciativas que logran reducir costos a las empresas,
principalmente del área ambiental, como los es el reciclaje, que genera
ingresos extras.
- Acceso al Capital: Las compañías que
demuestran responsabilidades éticas, sociales, y medioambientales tienen
acceso disponible a capital, que de otro modo no hubiese sido sencillo
obtener.
Dios te Bendiga
ResponderEliminarGracias Rayda. También Tu seas bendecida en todo lo que hagas
EliminarMuchas gracias Linda, buen aporte para los estudiantes de administración. Saludos desde Perú.
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