EL CONFLICTO SOCIAL Y SUS IMPLICACIONES
Los
seres humanos tienen la necesidad de relacionarse con otros de su especie. Por
lo tanto, en esa red de relaciones que se teje, nacen algunas circunstancias
que afectan, algunas veces de modo positivo y otras de modo negativo. Según lo compartido en el aula de clases, una
de esas situaciones es el conflicto, el cual es parte del proceso social y en
el se encuentran dos o más actores, incluso hasta grupos que se enfrentan en
razón de sus intereses, objetivos, valores que pueden diferir o coincidir y en
algunos casos, se persigue la posesión o el control total.
Debido a lo anterior, puede decirse que
el conflicto tiene serías implicaciones en la vida de las personas, está
presente en la interacción social y ante esa realidad se hace necesario
gestionarlo, ya que es un elemento perturbador. En algunas ocasiones, el
conflicto resulta difícil de resolver, pero puede admitir una transformación,
de modo que cada una de las partes logres satisfacción y se llegue al estado de
“ganar-ganar” que produce bienestar.
De igual modo, se debe mencionar que, en
los diversos tipos de conflicto, tales como: interpersonales, intergrupales,
internacionales, entre otros, se encuentra presente una figura que funciona
como un tercero. Es decir, el negociador, árbitro o mediador, cual sea la
necesidad apremiante, este personaje, aunque no tenga la capacidad de decidir,
puede guiar a los involucrados por medio de reglas, técnicas y estrategias, en
el análisis y la búsqueda de un acuerdo o solución.
Por otra parte, aunque algunos conflictos
puedan ser repetitivos y predecibles dentro de un núcleo familiar, un estrato
social o un país, ninguno debe ser tratado en serie, es decir, con el mismo
procedimiento, inclusive si estos se rigen por una ley vigente. Lo anterior se explica debido a que, los
involucrados son seres humanos, con necesidades, percepciones, pensamientos,
códigos éticos y morales, modos de vida y demás características diferentes
entre si. De modo que se requiere la
utilización de la experiencia y la orientación de múltiples especialistas, ya
que el conflicto es una realidad muy compleja. Por todo lo antes expuesto, al
analizar un conflicto involucra, no solo, diagnosticar y examinar lo sucedido,
sino también, considerar las consecuencias, estudiar los cambios necesarios que
deben darse y el impacto en una nueva adaptación de los involucrados.
En la vida cotidiana se suele decir que,
las crisis promueven aspectos positivos, como la formación de nuevas
estructuras sociales: grupos y algunos tipos de
asociaciones que se desarrollan para hacerle frente al conflicto. Otros,
la experiencia y el conocimiento que se genera en el proceso de resolución. Es
cierto, pero también suelen presentarse implicaciones muy fuertes en la salud
tanto física como mental de los individuos involucrados y sus núcleos
familiares.
Es de señalar que, la ciencia médica ha
descubierto múltiples enfermedades físicas derivadas de los conflictos entre
los individuos. En este sentido, Guillen
(2012), científico del Hospital Clínico Universitario de Valencia en España,
sostiene que: “Hay cánceres provocados exclusivamente por un problema emocional
y otros donde predomina un factor genético, una predisposición que hace que una
persona, bajo cierta circunstancia emocional o fisicoquímica, sea más propensa
que otra a desarrollar la enfermedad”. En palabras del autor, se entiende que,
muchos de los problemas emocionales de las personas estudiadas, se iniciaron en
un divorcio, una muerte trágica, incapacidad de socializar, trances familiares
y laborales, entre otros. Es decir, que
los problemas emocionales tan destructivos en el individuo, son consecuencia de
un conflicto entre personas o grupos.
Cabe destacar que, en el año 2002, en
Venezuela, durante un intento de golpe de estado al ex presidente Hugo Chávez,
se registro un alto índice de consumo de antidepresivos y ansiolíticos en la
población venezolana durante todo el año. Lo cual, es muestra de la respuesta
emocional, psicológica y física de las personas ante un conflicto social. De
esa situación, se generaron múltiples reacciones sociales que conviven en la
sociedad venezolana, tales como: lenguaje violento entre personas, grupos
radicales, conformismo, temor de expresar el punto de vista por miedo a ser
atacado, entre otros.
Por lo antes expuesto, se puede concluir
que el conflicto siempre estará presente en todos los aspectos de la
convivencia humana, pero se hace necesario que, aprendamos a desarrollar
ciertas habilidades sociales que nos permitan manejar cualquier crisis entre
personas. Desde el punto de vista de la autora
de este ensayo, estas son ideas prácticas que ella ejercita en el manejo de los
conflictos:
-Buscar
entender la raíz de las emociones o motivaciones de los involucrados en el
conflicto, si se comprende la causa, será menos complicado delimitar y
dimensionar el conflicto.
-Aprender
a escuchar, lo cual transmitirá confianza. Parte de ese “escuchar” comprende la
observación de la gestualidad del individuo, que suele estar compuesta de
muchos códigos que pueden orientarnos y denotar metamensajes.
-Igualmente,
durante el procedimiento se pueden ir generando diversas alternativas de
solución, que puedan ser planteadas a los involucrados con sus pros y contras,
para que acuerden las más viables y llegar a un consenso que traiga
satisfacción.
Finalmente,
el éxito de toda intervención, negociación, arbitraje o mediación depende de
factores como: experiencia, conocimientos, información del conflicto, habilidad
para manejar las emociones y búsqueda del bienestar.
“La paz es un
hábito que creamos, cuando dejamos de criticar y
juzgar a los demás”. Silvia Patrono.
Referencias
Electrónicas:
Guillem V.
2012. El Origen Emocional de la Enfermedad. Valencia, España. Articulo
en Línea. Consultado en mayo de 2013. http://www.onirogenia.com/entrevistas/el-origen-emocional-de-la-enfermedad/
Patrono
S. Creando tu Vida, Embajadas de Paz. Frase en Línea. Consultado en Mayo 2013.
http://www.creandotuvida.com/Reflexiones_Paz.html
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